lunes, 27 de octubre de 2008

Reflexion

Acerca de nuestro quehacer con el patrimonio.

2008 “Año Iberoamericano de Museos”

Trabajar en el Museo de Historia Natural Pablo G. Lorentz, creado por el visionario científico del cual lleva su nombre -en 1874- plantea la misma pregunta que se hace cierto Director español de un museo de Ciencia y Tecnología: "¿cuál es el papel de un museo científico en un tiempo en el que la investigación tiene mucha importancia social?. Los museos científicos tienen un rol muy trascendente que cumplir, deben ser un apoyo a todas las instituciones de divulgación y museología científica. No hay dudas del papel de divulgación del museo, que este debe ser muy perceptivo de las necesidades de los habitantes de esta comunidad en temas relacionados con la ciencia".
Entre las tareas más inmediatas para conseguirlo en el Museo de Historia Natural, hemos definido un guión museológico que incluye la exhibición de sus colecciones de Paleontología, ­Geología (Petrología y Mineralogía), ­Etnología, ­Biología (Zoología y Botánica), ­Histórica y Archivística, su conservación y la documentación de las mismas, todo realizado de una manera lenta y muy esforzada, dado que desde hace mucho tiempo se trabaja sin presupuesto con el significado que ello implica: trabajos costeados gracias a la gestión o al aporte personal, conscientes que un museo que forma parte de un patrimonio nacional tiene que contribuir a que lo que posee no se deteriore, aunque para eso también hay que contar con los recursos necesarios”. No es que los que, como profesionales universitarios egresados de la Carrera de Museología de la Facultad de Ciencias de la Gestión Universidad Autónoma de Entre Ríos, no podamos acordar con expresiones de este tipo, tener una realidad así es similar a la nuestra en cuanto a deseos, pero no en cuanto a lo que sucede. Lamentablemente, hemos visto recortados muchas veces nuestros ideales de participación democrática en la propia institución que nos otorga un título con las incumbencias necesarias para actuar como profesionales idóneos y eso sucede porque se permite que quienes solo se interesan en los réditos que les brindan sus contactos políticos o las improcedentes muestras de un poder que les confiere una posición privilegiada producto del acomodo conseguido en una época de promesas basadas en un modelo que postergó el país y que actualmente se encuadran -tal como lo dijera la señora Presidenta durante la inauguración del Museo del Hielo en Mendoza- en una “avaricia sin justificación”.
­ El general Urquiza, conciente del valor de la Educación como parte del proyecto político que anhelaba para este país –allá por 1849- demuestra dicha preocupación en la creación del Colegio del Uruguay, teniendo en cuenta todos los aspectos de la instrucción del alumnado, tanto en la selección de los docentes como del equipamiento necesario para implementar la enseñanza. En ello hemos fundamentado nuestra propuesta inicial, en el proyecto presentado para trabajar en el Museo Pablo G. Lorentz, entendiendo que lo ofrecido por el museo al visitante tiene que ajustarse al empleo de nuevas tecnologías, tiene que ofrecer la posibilidad de realizar nuevas lecturas, de mirar y de ver las obras que son producción del hombre y las creaciones de la Naturaleza. Cada uno tiene que encontrar en el objeto museológico que se exhibe, una respuesta para responsabilizarse de sí mismo y realizar su proyecto personal tendiente al logro de un mundo mas justo y apto para el desarrollo de la vida en el planeta que habitamos.
Este año, la celebración del Día Internacional de los Museos, enmarca sus actividades bajo el lema “Los museos, agentes del cambio social y el desarrollo”. Para que ello suceda, tenemos que poner estas instituciones en manos de quienes entienden la importancia de conmemorarlo con actividades conjuntas en el mundo real y el universo virtual, es decir, en manos de quienes legítimamente tienen derecho a ejercer su profesión a través de mecanismos democráticos y legales, esperando una respuesta que nos devuelva la credibilidad en las cuestiones éticas actualmente burladas para seguir desarrollando su vocación.

1 comentario:

marcelo dijo...

Interesante reflexión, los proceres instalaron las bases, las responsabilidades nuestras son deducidas de ello. Sólo la Educación, podrá instalar los valores necesarios para que haya futuro. Desde el silencioso trabajo investigativo surgen también los caminos necesarios que nos llevarán a ese futuro. Adelante, Inés, es bueno. Marcelo Velázquez